Ahora que estamos por terminar el año, mucha gente acostumbra hacer rituales para hacer un buen cierre y prepararse para comenzar el nuevo.
Un ritual es un acto simbólico que lleva una intención, por ejemplo, dejar atrás lo pasado y disponerse a un mejor futuro.
Algunos de los más conocidos son las 12 uvas que se comen a la media noche con cada campanada el 31 de diciembre, barrer la entrada de la casa e incluso usar ropa interior de color amarillo.
A lo largo de mi experiencia impartiendo talleres de Administración del tiempo y cumplimiento de metas, mucha gente me ha compartido rituales que hace su familia y quiero compartir los que me han parecido más interesantes.
El buzón emocional: Al inicio de cada año se deja un recipiente tipo “alcancía” en un lugar de la casa que sea accesible para todos, trozos de papel y pluma para escribir en ellos.
Cada que sucede algo positivo en casa toman un papel y lo escriben siempre poniéndole fecha, pueden ser cosas desde sencillas hasta otras más importantes, por ejemplo:
Terminamos de pagar el crédito del coche.
Viaje a Cancún.
Curso de finanzas personales.
Corrí mi primer carrera de 10k.
Comencé a escribir un libro.
El ritual sucederá al final del año cuando se abre la alcancía y frente a todos se toman los papeles y se van leyendo uno a uno, comenzando por la fecha y recordando el evento.
Recapitulación de agenda: Este podría ser un ritual más personal en el que se revisa la agenda desde el primer mes para recordar qué hicimos cada día. Citas importantes, reuniones que derivaron en algo de provecho, por ejemplo “Curso de Administración del Tiempo con Alvaro Ferreira”, esperaría que fuera un buen recuerdo si aplicaste lo aprendido durante el año.
Planeador anual: Este es mi favorito, ya que lo divido en 6 y 6 meses y siempre escribo qué viajes me gustaría hacer, libros que quiero leer, metas personales y metas profesionales.
Además, tengo una cuadrícula de 10 x 5 para definir si serán cursos, consultorías o cómo deseo medir mi avance, cuando voy cumpliendo le voy poniendo un check.
Aunque el ritual debería ser al final del año, me gusta hacer un corte al semestre y antes de dar la vuelta revisar qué avances hubo de lo que tenía planeado y qué me está faltando.
Como podrás ver, este es mi favorito y me encanta hacer mi cierre y preparar el siguiente periodo.
Te invito a que procures algún tipo de “ritual”, el que te parezca más cómodo, lo importante es ayudar a tu mente con la estructura y disponerla para lo que sigue de la mejor manera.
Que seas tú el que marca la pauta, quien define el plan, no lo dejes al azar.
Si te sirve te puedo compartir mi planeador y algunas otras herramientas para comenzar el año. Contáctame y con gusto te las envío.
Por cierto ¿Conoces algún otro ritual que quieras dar a conocer?